Brianna Rawlings se había arriesgado mucho cuando decidió no recibir su tratamiento contra el cáncer. Pero su increíble sacrificio solo abrió el camino para dos tristes noticias.
El 29 de diciembre de 2018, Brianna Rawlings se nos adelantó, habiendo cumplido 19 años. Ella había estado luchando contra la leucemia. Ella había elegido anteriormente renunciar al tratamiento del cáncer para darle a su hijo una oportunidad de nacer.
Diagnosticada con la enfermedad cuando tenía solo 17 años, esta adolescente de Colyton, West Sydney, tuvo la opción de continuar su embarazo o no. En un acto desinteresado, decidió tener a su bebé, minimizando sus propias posibilidades de curarse.
Ella creía que si podía posponer su tratamiento el tiempo suficiente, su hijo podría vivir. “Mi decisión fue solo sobre Kyden, él era mi hijo y mi pequeño milagro”, dijo. Así que la joven luego procedió valientemente a dolores y fiebres para finalmente sostener a su hijo en sus brazos. Sin embargo, las cosas no fueron tan bien como ella esperaba que lo hicieran. Brianna en su estado debilitado, contrajo una infección que fácilmente podría transmitirse a su bebé.
En un esfuerzo por salvar a ambos, se le pidió que se sometiera a una cesárea urgente. Si bien este podría ser un procedimiento común, lo que hizo que las cosas difíciles fue el hecho de que apenas tenía 6 meses de embarazo. Pero, milagrosamente, su hijo bautizado como Kyden, entró a este mundo con vida. No hace falta decir que Brianna estaba emocionada.
Tristemente, este no fue el final feliz que la joven había esperado. El pequeño paquete de alegría de Brianna podría haber llegado a este mundo, pero no creció para disfrutar de la vida que su madre había esperado que hiciera. A pesar de que ella entregó a su hijo con éxito, y luego lo bañó con amor y afecto, las cosas tomaron un giro muy inesperado eventualmente. Cuando Kyden cumplió 12 días, de repente, llegó el momento de marcharse.
“Esos 12 días pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo, contando los dedos de los pies y los dedos y hablándole como lo hacía cuando estaba en mi barriga. Fueron tan especiales, fueron los mejores 12 días de mi vida “, admitió ella. “Entonces, la noticia más impactante y lamentable fue cuando se le detectó una infección estomacal y en pocas horas nos dijeron que nos despidiéramos. Esta infección se cobró su preciosa vida y a nuestro hijo le hizo crecer las alas”, agregó.
A pesar de que Brianna había hecho todo lo posible para salvar a su hijo, su sacrificio no fue suficiente. Pero Brianna no estaba dispuesta a rendirse todavía. Entonces, en lugar de rendirse después de enfrentar este increíble trauma, decidió seguir luchando. “Quiero vencer a esta horrible enfermedad. Creo que puedo hacer esto y le hice una promesa a mi hijo”, reveló. “Espero pasar la Navidad con mi familia y los animales y mimar a todos con amor y comida”, agregó, poniendo una fachada valiente.
Sin embargo, como ya sabemos, esta historia nostálgica finalmente llegó a su fin, cuando Brianna perdió la batalla contra la enfermedad.
“Nuestra hermosa Brianna llegó al final de su viaje con nosotros aquí en la tierra y finalmente se reunió con su bebé osito Kyden”, escribió en las redes sociales su hermana. “Mantén a tus seres queridos y nunca dejes de expresar tu amor por ellos”.