Los ricos también se endeudan; las grandes empresas lo hacen. Ellos ven la deuda como un apalancamiento.
Por eso el problema no es la deuda, el problema es cuando te endeudas y después no tienes con qué pagar. Te confías y dices: “lo voy a pagar con mi trabajo”, pero cuando llega la hora, no te han pagado lo que esperabas, se demoraron en pagarte, se te acumularon los intereses, tuviste una emergencia, se te presentó un imprevisto o a veces ni siquiera conseguiste el trabajo. Eso le paso a una mujer que se endeudó para comprarles juguetes a sus niños. Ella dijo: “es Navidad, tengo que darle algo a mis hijitos…” Entonces se confió pensando que, pasadas las fiestas, conseguiría un trabajo y como sea pagaría. Pero las cosas no se dieron así, y la mujer entró en un círculo vicioso. Al cabo de tres meses ya no había ni juguetes, ni nada…los juguetes ya eran historia: ahora era el dolor de cabeza para pagar. Pasa el tiempo y se suman los intereses… Y ahí tienen a la mujer diciendo: “todo es para pagar”, “todo es deudas y deudas.”
¿Cuál es el problema? ¡La ignorancia financiera! La fiebre de usar dinero que no tienes
Porque el problema no es la deuda; por ejemplo, los ricos se endeudan, pero se endeudan para invertir no para comprar juguetes. Se endeudan para hacer negocios, no para “quedar bien.”
Por eso el problema no son los lujos… El problema es cuando esos lujos provienen de tus deudas en lugar de venir de las inversiones que hiciste en el pasado.
Señores, en fiestas pasa algo: los ricos hacen dinero, los pobres gastan dinero. El camino a la riqueza es producir más, consumir menos. Los pobres lo hacen al revés: consumen más, producen menos.
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